martes, 25 de noviembre de 2008

¡Recibí flores hoy!


Este poma es del libro "Amar Duele" de María del Pino Antúnez. Lo pongo porque buscando algo(no me acuerdo que) en Internet lo encontré y me pareció adecuado ponerlo hoy, 25 de noviembre día contra la violencia de género.

¡Recibí flores hoy!
No es mi cumpleaños o ningún otro día especial; tuvimos nuestro primer disgusto anoche, y él dijo muchas cosas crueles, que en verdad me ofendieron. Pero sé que está arrepentido y no las dijo en serio, porque él me mando flores hoy.
¡ Recibí flores hoy !
No es nuestro aniversario o ningún otro día especial; anoche me lanzó contra la pared y comenzó a ahorcarme. Parecía una pesadilla, pero de las pesadillas despiertas y sabes que no es real; me levante esta mañana dolorida y con golpes en todos lados, pero yo sé que está arrepentido; porque él me mando flores hoy.
¡Recibí flores hoy!
Y no es día de San Valentín o ningún otro día especial; anoche me golpeó y amenazó con matarme; ni el maquillaje o las mangas largas podían esconder las cortadas y golpes que me ocasionó esta vez. No pude ir al trabajo hoy, porque no quería que se dieran cuenta. Pero yo sé que está arrepentido; porque él me mando flores hoy.
¡Recibí flores hoy!
Y no era el día de las madres o ningún otro día especial; anoche él me volvió a golpear, pero esta vez fue mucho peor. Si logro dejarlo, ¿qué voy a hacer?, ¿cómo podría yo sola sacar adelante a los niños?, ¿qué pasará si nos falta el dinero? Le tengo tanto miedo, pero dependo tanto de él, que temo dejarlo. Pero yo sé que está arrepentido, porque él me mando flores hoy.
¡Recibí flores hoy!
Hoy es un día muy especial: es el día de mi funeral. Anoche por fin logró matarme. Me golpeó hasta morir. Si por lo menos hubiera tenido el valor y la fortaleza de dejarlo; si hubiera aceptado la ayuda profesional. ¡Hoy no hubiera recibido flores!

jueves, 20 de noviembre de 2008

Por el futuro


Recuerdo cuando me divorcié, caí en un profunda depresión y me recetaron unas pastillas un tanto fuertes. Creí que no lo superaría, pero en aquella dura etapa conocí a un compañero de trabajo que me trataba como una reina.
Estuvimos saliendo un par de meses, y se vino a vivir conmigo. Al principio todo era maravilloso, no sé en que momento ocurrió, las cosas cambiaron. No me dejaba salir sin él, tampoco llamar a nadie, ni siquiera a mi madre. Eran cosas pequeñas, al menos eso pensaba yo. Se enfadaba sin motivo aparente y me insultaba, lo que hacía que me sintiera mal conmigo misma.
Mi pesadilla solo acababa de empezar.
Una noche me ató a la cama y me amordazó para que no gritara, esa noche me violó. Se lo conté a mi familia, no me creían a causa de las pastillas que tomaba.
Aquella tarde estaba tan cabreado que me pegó con la máquina de escribir en la cabeza, haciéndome una brecha de unos cinco centímetros que no paraba de sangrar. Se marchó a comprar pan, dejándome allí humillada. Utilicé las pocas fuerzas que me quedaban para llamar a la policía.
Tuve el valor de denunciarlo y llevarlo a juicio, pero a pesar de mi esfuerzo no sirvió de nada. La jueza consideró que no había pruebas suficientes de maltrato, lo cual me sorprendió.
Aunque ahora por fin soy libre.