jueves, 23 de octubre de 2008

La cebolla


La cebolla (Rosa Chacel)

¡Oh blanca, dura y dulce, levantina,
del ajo castellano compañera!...
de sutiles camisas prisionera
tu intenso aroma en alta flor se empina.

Perla que sin estuche nacarina
bajo el bronco terrón húmedo espera
la dura azada que traerá certera
tu fresco cuerpo al aura matutina...

En la hoguera del hambre en que te arrojas
al rodar generosa de la mano
que regó tus liliales, verdes hojas

-y el vino junto a ti, y el pan, su hermano-
la sangre que arde en estas horas rojas
cobra su impulso y fuego soberano.

Pongo este poema porque lo encontré por casualidad en un libro y me pareció curioso el hacerle una oda a la cebolla.

miércoles, 22 de octubre de 2008

El globo

Sobrevolando los verdes campos y las grises montañas había un espléndido globo. En él viajaban Dani y su padre.
- ¡Mira aquella casa! ¡Y esa otra! ¡Cuántas hay! - gritó Dani emocionado por encima del viento.
- ¿Cuál te gusta más? - le preguntó su padre.
- Las dos - respondió el niño mirando el bello paisaje que se extendía a sus pies.
- Una de ellas es la nuestra, esa de allí - dijo señalando una hermosa villa.
Estuvieron horas en el cielo aquella tarde. Hasta que decidieron volver, pues ya estaba anocheciendo. Se acercaron demasiado a una de las muchas rocas que había. Ésta atravesó el globo sin ellos enterarse. Cuando comprendieron lo que pasaba era ya demasiado tarde. Se produjo un fuerte impacto cuando cayeron al lago de una pequeña explanada entre las montañas. Todo permaneció en silencio durante unos segundos.
Del agua salió Dani en brazos de su padre, el cuál le había protegido de la caída con su propio cuerpo, consiguiendo que ambos salieran sanos y salvos.
El dibujo lo hizo mi hermana hace un par de años y me parece que queda muy bien en esta historia.

martes, 14 de octubre de 2008

Mi sueño

Levanté la vista al sentir el roce de una suave pluma en mi mejilla. En el cielo nocturno se apreciaba el resplandor de la luna, a pesar de estar tapada por una nube.
Oí el aullido del lobo que me perseguía. Sentí como se acercaba a través de la niebla y eché a correr en la dirección opuesta de su rugido. No sabía hacia donde me dirigía,pero no me detuve hasta que tropecé con la raíz de uno de los muchos álamos del bosque. Al incorporarme, se vislumbraba un punto tan brillante como el sol de mediodía. En un primer momento pensaba que era una luciérnaga, pero al acercarme vi una libélula plateada que brillaba gracias al reflejo de la luna. La acaricié con la yema de los dedos, cuando me desperté en mi habitación. ¿Qué había pasado?
Miré a mi alrededor confusa. Entre mis manos estaban hilo y aguja. Eso lo explicaba todo. Me debí de desmayar cuando al pincharme con la punta, observando la sangre escarlata de mi dedo. Fue tan real que no podía ser un sueño.

miércoles, 1 de octubre de 2008

El armario encantado

Yo era un pájaro, un simple gorrión común que buscaba un refugio en un lluvioso día de primavera. Me encontraba en mitad de un campo cuando vislumbré un camino que llevaba a una vieja casa abandonada. Decidí ir a investigar y me adentré por un pequeño agujero de la pared. Aparecí en una habitación que debió de haber sido una biblioteca. Volé por ella y me posé en una silla en frente de un armario color caoba con la palabra "literatura" escrita en la parte superior y debajo de esta lo que parecía un poema. Lo pié como pude para escuchar el sonido de las palabras en mi pico. En el instante que terminé el armario se abrió y distinguí un hermoso paisaje. No dudé al atravesar la puerta y dar un abrazo a la leve brisa que me esperaba allí.