lunes, 23 de febrero de 2009

Carnaval en Venicia, un sueño real


Me coloqué un bello antifaz en el rostro, era hora de pasar desapercibida. Me miré una última vez en el espejo antes de salir a las abarrotadas calles de mi adorada Venecia, en las que había todo tipo de vestidos y disfraces de colores, un asombroso espectáculo.Me costó llegar hasta la plaza de San Marcos, donde, como todos lo años, se bailaba al son de la música nocturna.
Estuve observando con diversión la alegría y la felicidad que se respiraba en el ambiente. Llevaba así un rato cuando se me acerco un joven invitándome a bailar, dudé un momento antes de acceder, nunca había bailado los típicos bailes de carnaval.
Hablamos de multitud de cosas, sin darme cuenta de que el tiempo pasaba, para mí era un momento eterno que esperaba que no acabase. Los fuegos artificiales me distrajeron, dándome cuneta de lo tarde que era, tenía que volver a casa antes de que mis padres se diesen cuenta de mi ausencia. Intenté irme, pero él me retuvo.
-¿Te vas?- me preguntó mi acompañante con voz apenada.
- Debo hacerlo- respondí.
-Dime, aunque sea, cómo te llamas- me rogó.
No sabía que decirle, ¿la verdad o una mentira?
- No sería buena idea, lo siento- susurré tristemente a la vez que agachaba la cabeza, para que no pudiera ver mis vidriosos ojos.
- Lo entiendo - dijo levantándome la cabeza con suavidad-, en ese caso, júrame que volverás aquí el año que viene... conmigo.
Miré a sus ojos y supe que hablaba en serio, quería decirle que lo haría, pero tenía miedo.
- Por favor, si sientes lo que yo, di que sí.
-Sí- dije antes siquiera de pensarlo con detenimiento.
Pude ver como debajo de su máscara sonreía. Y entonces acercó sus labios a los míos, dándome un tierno beso como promesa.

sábado, 21 de febrero de 2009

¿La juventud está peor que hace 30 años?


La juventud de hoy, está mejor en ciertos aspectos. Porque está más preparada para desenvolverse en la sociedad gracias a las nuevas tecnologías, que algunas veces dan una mala imagen a los jóvenes por su uso, pero que les ayudan. Aunque antiguamente tuvieran mejores valores, ahora se preocupan por cosas de verdadera importancia, como el medio ambiente o la guerra.

viernes, 13 de febrero de 2009

Amor eterno


Podrá nublarse el sol eternamente;  
podrá secarse en un instante el mar;  
podrá romperse el eje de la tierra  
como un débil cristal.  
¡Todo sucederá! Podrá la muerte  
cubrirme con su fúnebre crespón;  
pero jamás en mí podrá apagarse  
la llama de tu amor.

Gustavo Adolfo Bécquer 

Me gusta mucho este poema, además es perfecto ya que se acerca una fecha deseada y odiada a la vez: San Valentín o el día de los enamorados.

jueves, 12 de febrero de 2009

Esperando a la luna


Anduve hasta la colina más elevada del valle, donde, con cierta lentitud, me tumbé a observar el cielo rojizo hasta que cayera la noche, esperada por mí desde hacia un tiempo contado en horas. Cerré los ojos, dejando asomar en mis labios una pequeña sonrisa al sentir el rozar de la hierba en mis brazos desnudos. Eso me ayudó a despejar mi mente de las preocupaciones que me causaban el día a día de mi ajetreada vida, deseaba olvidar por un instante todas aquellas cosas, pero no podía, al menos, aún. 
Noté como, poco a poco, anochecía al dejar de sentir los cálidos rayos del sol en mi piel. Abrí lentamente los ojos, al hacerlo pude ver salir las primeras estrellas de su lúgubre morada al oscuro firmamento, el cual acabaría refulgiendo gracias a las millones de velas que había en el cielo. Por muy bello que fuese, las estrellas no eran la razón de mi espera, sino la dama que cada noche se ponía su vestido plateado e iluminaba el camino de los viajeros perdidos, y para mí, en particular, ayudaba a aclarar las dudas de la mente y el corazón. 
Al cabo de veinte minutos de mal disimulada angustia, la vi. Tan hermosa como siempre, sonriéndome con ternura desde su lejano hogar entre las brillantes luciérnagas que intentaban, sin lograrlo, alcanzar su belleza.

domingo, 1 de febrero de 2009

No pierdas la esperanza


Me levanté rápidamente al oír el timbre de casa. Corrí hacia la puerta, esperaba que fuese él, que volviese de la guerra. Abrí la puerta con fuerza, no era quien yo creía, era un general, eso no podía ser una buena señal.
Le dejé pasar con un nudo en el corazón, por qué habría venido. Deseaba que no le hubiese pasado nada al amor de mi vida, sabía que era una vaga esperanza, pero era lo único que me quedaba: esperanza.
- Señora,- me llamó cortésmente- su marido me pidió que le entregara esto personalmente- dijo con una sonrisa a la vez  que sacaba una carta de su condecorada chaqueta.
- Gracias- susurré con un hilo de voz cuando la depositó en mis manos.
La rasgué con dedos temblorosos. Respiré hondo un par de veces para tranquilizarme, al menos sabía que seguía con vida.

Querida Eva:
No sabes cuánto te extraño. Cada noche sueño que vuelvo a tu lado, por fin. Falta poco para que pueda estar contigo. Aquí aún necesitan ayuda, debo quedarme un tiempo, solo serán un par de meses más. Es mi deber, confió en que lo entiendas.
Espero que todo te vaya bien. 
Te quiero,
David
P.D.:He mandado a mi amigo porque será mucho más rápido que el correo normal y no pierdas nunca la esperanza.

Noté como me invadía una maravillosa sensación que hacía tiempo que no sentía: alegría. Alegría por saber que él estaba bien y porque volvería... pronto.