martes, 14 de octubre de 2008

Mi sueño

Levanté la vista al sentir el roce de una suave pluma en mi mejilla. En el cielo nocturno se apreciaba el resplandor de la luna, a pesar de estar tapada por una nube.
Oí el aullido del lobo que me perseguía. Sentí como se acercaba a través de la niebla y eché a correr en la dirección opuesta de su rugido. No sabía hacia donde me dirigía,pero no me detuve hasta que tropecé con la raíz de uno de los muchos álamos del bosque. Al incorporarme, se vislumbraba un punto tan brillante como el sol de mediodía. En un primer momento pensaba que era una luciérnaga, pero al acercarme vi una libélula plateada que brillaba gracias al reflejo de la luna. La acaricié con la yema de los dedos, cuando me desperté en mi habitación. ¿Qué había pasado?
Miré a mi alrededor confusa. Entre mis manos estaban hilo y aguja. Eso lo explicaba todo. Me debí de desmayar cuando al pincharme con la punta, observando la sangre escarlata de mi dedo. Fue tan real que no podía ser un sueño.

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